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ALFREDO DEL MAZO MAZA, EN PLENA PANDEMIA, LUCRANDO CON LA NECESIDAD DEL PUEBLO

A más de 2 años de gobierno, el indolente Alfredo del Mazo Maza, no concluye hospitales del Estado de México, pero si expone a la población al enviar despensas a los municipios de la entidad para buscar simpatía y con la intención de capitalizarlas a futuro en votos.

La gran necesidad de la población por obtener ayuda de cualquier índole en esta difícil racha, hace que se olvide de mantener la distancia prudente, aquella recomendada por la Secretaría de Salud federal y, los operadores políticos encargados de entregar las despensas, no se molestan en poner orden entre las multitudes, situación que pone en riesgo la salud tanto de los asistentes como de sus familias y “fomenta” la propagación del Covid-19.

Es así como la ayuda, podría convertirse en todo lo contrario, al exponer a los quienes ilusos acuden por su despensa.

Es importante mencionar que, a decir de algunos diputados, las despensas son exclusivamente para simpatizantes del partido afín al gobernador.

Atendiendo a sus ambiciones personales más que a los de la población que gobierna, el apático Alfredo del Mazo Maza, ha dejado abandonados ocho nosocomios que durante la administración de su antecesor Eruviel Avila Villegas, por “angas o por mangas” quedaron inconclusos.

Cabe señalar que, si desde que Del Mazo Maza tuvo conocimiento de las obras inconclusas, les hubiera dado continuidad, aportarían muchísimo para hacer frente a esta emergencia.

Ocho hospitales que, ahora durante esta contingencia, podrían dar servicio a la población que lo necesitase, sin embargo, al inepto gobernador mexiquense se le han ido dos años y seis meses en palabrería y dichos, en lugar de hechos.

El displicente Del Mazo Maza, no se ha cansado de autoproclamarse el “gobernador de las mujeres” con su mediocre programa de la “tarjeta rosa”, la cual sólo llega a sus correligionarias de partido, a decir de muchas voces de féminas de esta entidad.

Es de notarse que el programa de las tarjetas rosas, no es más que una estrategia para hacerse propaganda, ¿cuántas veces no se han escuchado en medios de comunicación masiva los “spots” de la fraudulenta tarjeta rosa?

Si el gobernador de verdad tuviera voluntad de destacar como “el gobernador de las mujeres”, aparte de repartir sus tarjetas rosas a todas las mujeres por igual, sin distinción partidista, ya hubiera terminado los nosocomios que tanta falta le hacen a la población ¡más a las mujeres!

Explicamos, las mujeres son quienes en la mayoría de las comunidades, mientras el marido sale de la casa a buscar el sustento, se quedan con la responsabilidad del hogar, lo cual incluye el cuidado de la salud, tanto de ellas como de la familia completa incluyendo los hijos y, si no hay una clínica u hospital en la localidad o cercana a ésta, entonces hay que pagar transporte público e invertir tiempo en el traslado de los enfermos que en ocasiones hasta se trasladan caminando.

Además, cotidianamente, para poder obtener consulta médica en los centros del Instituto de Salud del Estado de México, hay que hacer largas filas afuera de las instalaciones desde las 4 o 5 de la madrugada, para poder alcanzar ficha, ya que la demanda es cuantiosa y sólo se dan una cantidad contada de fichas o a quienes lleguen hasta antes de las 7 de la mañana.

Agreguemos a esto las urgencias médicas que algunas veces suceden a altas horas de la noche y/o por la madrugada, y por ende hay que pagar taxi, en el mejor de los casos, ya que de darse, como se ha visto en muchas de las ocasiones, los parientes optan por mejor quedarse afuera de los nosocomios a la espera de las reacciones de los pacientes, tal y como se los indican los médicos.

Eso provoca gastos extras, dígase alimentos y alojamiento, en el mejor de los casos y cuando se puede en algún lugar apropiado para esto pero, cuantas veces no, con tristeza se ven en el suelo, las “camas” improvisadas con cartones o cualquier material que suavice un poco la dureza del piso y/o las “casas de campaña” de hule, alrededor de los hospitales, albergando a familiares de los “internados”.

Como anteriormente lo comentamos, el esposo sigue buscando el sustento pues, de no ser así, ¿De dónde sale para los medicamentos? y la mujer es quien en la mayoría de los casos sufre estas penurias, sin olvidarnos de la merma económica consecuencia de esto.