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TRAS LA TRAGEDIA EN EL METRO, TRES EN LA MIRA

Justino R. Godínez D.

Marcelo Ebrard Casaubón, Miguel Ángel Mancera Espinosa y Claudia Sheinbaum Pardo son, sucesivamente, los personajes que han tenido que ver con la Línea 12 del Metro donde recientemente ocurrió la mayor tragedia que se haya registrado en el Sistema de Transporte Colectivo (STC).

En la administración del ahora secretario de Relaciones Exteriores se ordenó la construcción, en la del ahora senador se realizaron las reparaciones, que duraron más de un año, para corregir evidentes fallas en su diseño y construcción, y el gobierno de la actual jefa de gobierno es el que ha tenido que responder del “incidente”, como lo llamó en videoconferencia donde además informó que se dará un apoyo inicial de 40 mil pesos a los familiares de las víctimas.

¿Qué salió mal? Son muchas las dudas e hipótesis detrás de la tragedia que ha costado hasta el momento la vida de 26 personas y decenas más lesionadas.

Los días que han seguido al derrumbe anticipan el tono que tendrán los debates en torno a lo sucedido y el escrutinio al que estarán sujetos los personajes citados. Incluso no fueron pocos los que de inmediato se lanzaron a la yugular de Mancera y de Sheinbaum advirtiendo que para ellos era el fin su carrera política. Otros, en cambio, hasta hablaron de “sabotaje”.

La Línea 12, llamada pomposamente “Dorada”, se inauguró en octubre de 2012, dos meses antes de que concluyera Ebrard. Después tuvo que cerrar porque un estudio que evaluó la obra recomendó correcciones urgentes y detectó fallas en las vías, rieles, ruedas y curvas, con riesgo de descarrilamiento. En marzo de 2014 se cerraron los 13 kilómetros de la línea que corren en la parte elevada, justo donde se produjo el colapso, y volvieron a abrir a finales de 2015. En el sismo de 2017 resultó ser la más dañada. “La línea nació con problemas endémicos que no se van a solucionar nunca en la vida”, advirtió en su oportunidad Jorge Gaviño, quien fuera director del Metro en 2017.

A su vez, el sempiterno líder sindical del Metro Fernando Espino afirma que se trata de la línea más nueva y la que más ha dado problemas, con enormes requerimientos de mantenimiento. “Desde 2012 nosotros hemos estado exponiendo a las autoridades de diferentes administraciones la inconformidad de los compañeros por trabajar en estas condiciones”, aseguró.

Y aunque de inmediato los opositores cuestionaron no sólo al gobierno local sino principalmente al federal por el accidente, aduciendo la política de austeridad que, sí, ha acabado con los lujos en los órganos de gobierno, pero que también ha limitado las compras y hasta reducido los sueldos de los funcionarios, lo cierto es que habrá que esperar los peritajes en materias estructural y administrativa para saber cuál fue el origen de la falla.

Incluso se dio a conocer que el gobierno de la Ciudad de México contrató —de hecho ya trabajan expertos en el lugar de los hechos— el servicio de peritaje de la empresa DNV, una certificadora independiente con sede en Noruega que presume 150 años de experiencia y presencia en más de cien países.

Así, a despecho de las palabras Sheinbaum de que resultaba “mezquino” hablar de costos políticos luego de la tragedia, ésta ha puesto en la mira a los tres políticos citados y a sus respectivos partidos precisamente en plena época electoral.

En tanto, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) inició por lo menos ocho carpetas de investigación derivadas del siniestro en diferentes coordinaciones territoriales por delitos como homicidio culposo, lesiones culposas y daños en propiedad culposo.

Eso sí, concluidas las investigaciones y dado a conocer el veredicto, faltará ver qué tan creíble resulta, pues, como dice conocido refrán, la mula no era arisca, los palos la hicieron.