VIAJE MUSICAL CON LA OFCDMX A LOS TIEMPOS DE FLORES MAGÓN EN IZTACALCO
El Balneario Olímpico se transformó por unas horas en un paseo dominical por las alamedas porfirianas de principios del Siglo XX.
Como si de una máquina del tiempo se tratara, el anfiteatro instalado en las canchas del Balneario Olímpico, de la colonia Pantitlán, sirvió como vehículo de la nutrida audiencia para transportarse, gracias a la magia musical de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, a los primeros años del siglo pasado, cuando el joven Cipriano Ricardo Gerónimo Flores Magón luchaba, escribiendo en su flamante periódico Regeneración, contra la dictadura del general Porfirio Díaz.
Por segunda ocasión en la administración del Alcalde Armando Quintero Martínez, la OFCDMX se presentó en la Alcaldía Iztacalco y, en esta ocasión, con un repertorio inspirado en la música de moda del México porfirista, y que se escuchaba cada fin de semana en los kioskos y las alamedas.
El concierto “Flores Magón. 100 Aniversario. La Música de su Tiempo”, fue un auténtico viaje a través del tiempo y de las obras musicales que se escuchaban cuando el precursor de la Revolución Mexicana y fundador del Partido Liberal, de ideología anarquista y socialista, militaba en franca oposición a la dictadura.
El repertorio resultó en una selección de autores y autoras, de México y el mundo que, hacia la primera década del Siglo XX, conquistaban el gusto musical de la gente: valses, polkas, mazurkas, operetas, zarzuelas y hasta sones populares rompieron el mediodía en la espectacular interpretación de la OFCDMX, bajo la batuta del director huésped Ricardo Elorduy.
Como su nombre lo indica, la filarmónica, del griego filos: amigo, y armonía, la OFCDMX se integra con amantes de la música que no necesariamente son músicos profesionales, a diferencia de las orquestas sinfónicas; lo cual no impide que sus ejecuciones resulten de una gran calidad artística.
Las familias iztacalquense ahí reunidas disfrutaron de un paisaje musical que inició con la obertura de la ópera Carmen (Toreador), del compositor francés Georges Bizet; siguió la obertura “Caballería Ligera”, de Franz Von Suppé, del Imperio Austrohúngaro que en aquellos días aún existía y donde se acrecentaban los movimientos obrero y sindicalista, de los que se nutrió Ricardo Flores Magón.
Tocó el turno de los hermanos Johann y Josef Strauss, hijos del gran compositor austrohúngaro Johann Strauss; del primero, la OFCDMX interpretó la polka “Champán” (Opus 211) y, del segundo, el vals “Feuerfest” (Opus 269), para más tarde dar un giro hacia las expresiones musicales latinas como los intermedios o intermezzi de la ópera “Guglielmo Ratcliff”, del italiano Pietro Mascagni, y de la zarzuela “Las Bodas de Luis Alonso”, del compositor andaluz Gerónimo Giménez.
Finalmente, el viaje musical a través de la vida de Flores Magón pasó revista a la creatividad musical mexicana con obras
como la danza “México Galopa”, de la compositora y soprano Ángela Peralta, también conocida como “El Ruiseñor Mexicano”; o bien, el valsesito oaxaqueño “Dios nunca muere”, de Macedonio Alcalá y un tríptico de sones, de la inspiración de Manuel Enríquez.
Mención aparte merece el vals “Mascarade”, del autor armenio Aram Khachaturian, como exponente del arte musical de la hoy extinta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) y que, aun cuando su música no fuera contemporánea del ilustre anarquista mexicano, éste sí pudo atestiguar el surgimiento de la primera sociedad comunista de la Historia, tras el triunfó de la Revolución Rusa.